Se sabe que cuando Colón llegó a lo que él creía se trataba las Indias, acuciado por el hambre bajó a tierra y buscó algo de comer. Recordó como había explicado a sus majestades los Reyes Católicos la redondez de la tierra utilizando un huevo de gallina como ejemplo. Y estaba en estos pensamientos cuando se cruzó ante él un pollo de aspecto singular. Un pollo indio, pensó. Y se imaginó que sería una buena idea llevarse de regreso a España un pollo y unas gallinas para que les diesen buenos huevos durante el viaje de regreso. A Colón le gustaban mucho los huevos pasados por agua.

El Almirante, hombre amigo de los animales, se encariñó con el pollo al que puso de nombre Bartolo. Este se convirtió no sólo en el semental de las gallináceas, sino en la mascota de la Nao Santa María. Se cuenta que poco antes de que la flota se separase, Alonso Pinzón y Colón se jugaron sus bienes más preciados en una larguísima partida de naipes. El caso es que de algún modo Alonso Pinzón se alzó como ganador de la partida y entre los trofeos conseguidos se llevó al Pollo de Colón, a Bartolo.

Y de este modo Bartolo llegó a Baiona. Y es aquí, en la muy noble y leal villa, donde trataremos de encontrar al genuino descendiente de aquel pollo traído de las Américas.

Durante la mañana del día 2 de marzo, entre las 10:00 y las 13:30, los equipos inscritos buscarán, siguiendo las pistas que habremos dejado para ello al pollo descendiente del pollo Bartolo. ¿Qué intrépida tripulación logrará dar con él?. Las pruebas se realizarán tanto por mar como por tierra, empleando para la ruta por mar tan sólo los botes auxiliares de nuestras embarcaciones, pues tendrá lugar entre el puerto Deportivo, donde pernoctaremos y el monte de o Boi.

Esta es una prueba familiar, en la que pueden participar grupos compuestos por miembros de distintas edades, sin límite de ganas de pasarlo bien durante unas horas, en las que pondremos a prueba nuestros conocimientos de náutica, nuestro ingenio y nuestra capacidad de divertirnos en grupo.